A veces soñar es tan gratis que ni si quiera somos conscientes de que estamos soñando.
Nos convierte en seres tan libres que nos quedamos encerrados en nuestros propios límites racionales e irreales.
Romper las barreras es muy fácil pero por miedo a la realidad no lo hacemos, y no avanzamos, por que sin imaginación nadie es él mismo. Por eso nunca debemos callar al niño que llevamos dentro, ya que cuando éramos niños es el momento de nuestra vida que más cerca estamos de ser quien realmente somos.
Volamos por encima de todo con solo cerrar los ojos, y según vamos creciendo nos dicen que nos cortemos las alas, y somos nosotros mismos quienes lo hacemos.
Puedes ver el sol sobre el horizonte en la más completa oscuridad de la noche y viajar hasta las estrellas y cogerlas con tus propias manos.
Despeja ese rincón de mi casa de los sueños para poder volar juntos, tan alejados de todo, estando al lado.
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